sábado, 12 de febrero de 2011

vallejo i el viejo Marx

Vallejo fue un poeta misio. Que intento revolucionar la poesía, y por supuesto, lo logro. Pero la poesía no era el único motor de su vida literaria, resaltan sus novelas y cuentos breves, teatro, sus ensayos sobre Rusia, así como sus artículos sobre el arte y la revolución.
Gonzales Vigil señalara – siguiendo los comentarios de Georgette de Vallejo – que el arte y la revolución fue para Vallejo su “libro de pensamiento”, en este texto Vallejo no solo vinculara al “artista con su época” sino – y sobre todo- el encuentro del artista con una “nueva época”, el puente entre el artista revolucionario y del creador panfletario o contrarrevolucionario. Y dentro de los llamados revolucionarios a los dogmáticos y los que utilizan “correctamente “el materialismo histórico. Estos puntos nos aproximaran - como también ha señalado Gonzales Vigil – a esa lógica de una “estética marxista vallejiana”.
En líneas concretas lo que Vallejo apuntala en un texto bastante embrionario es ser de interlocutor con la poesía, el arte, la cultura, el cine, el lenguaje, el signo, la imagen, etc. Desde una posición de clase, donde daba sus primeros pasos para consolidar una posición política más solida.
Definitivamente Vallejo era un heterodoxo desde sus lecturas de los clásicos del marxismo, quien consideraba que el camino al socialismo no tenia receta fundamentalista. Basta con leer su texto sobre los doctores del marxismo quien señala que “los marxistas rigurosos, los marxistas fanáticos, los marxistas gramaticales, que persiguen la realización del marxismo al pie de la letra, obligando la realidad histórica y social a comprobar literal y fielmente la teoría del materialismo histórico- aun desnaturalizando los hechos y violentando el sentido de los acontecimientos – “(Vallejo 1992: 71) en un tono mas burlón y sarcástico Vallejo arrecia contra el dogmatismo de aquellos intelectuales que “para decidirse a reír o llorar ante un transeúnte que resbalaba en la calle, sacan su “capital” de bolsillo y lo consultan “ . Sus estudios del marxismo lo llevaron a la sana conclusión que el marxismo no es una cuestión acabada y perfecta. “Marx no puede ser el último revolucionario” – escribiría- sin embargo, su apego al materialismo histórico como método, es el reflejo de un artista en una época, el escultor de una roca en el tiempo y el espacio. No encontraremos en Vallejo el lenguaje como una estética simplista, sino, una estética revolucionaria y revolucionaria en la medida de su heterodoxia, frente a las aproximaciones más dogmaticas y cuadriculadas.
Traza los lineamientos de un artista – pues para Vallejo- “el artista es inevitablemente, un sujeto político. Su neutralidad, su carencia de sensibilidad política, probaría chatura espiritual, mediocridad humana, inferioridad estética” (Vallejo 1992: 42) la idea vallejiana del artista como del escritor, es de compromiso, ¿qué significa este compromiso? la creación de un lenguaje y una estética revolucionaria, donde las transformaciones políticas y sociales deberán ir de la mano con esta posición de los artistas. Crear un nuevo lenguaje en el asfalto de la historia, era en definitiva para Vallejo, vivir en una dialéctica constante, enfrentarse al retrato y la vida de la burguesía a través de los nuevos signos y figuras del mundo moderno, es decir , del marxismo.
En definitiva, Vallejo como Mariátegui son dos intérpretes de un marxismo otro uno en el papel de los artistas en un escenario cosmopolita como la Europa de los 20 y 30, el otro, ligado a un análisis más profundo y lucido de nuestra realidad latinoamericana.

jueves, 10 de febrero de 2011

Línea de investigación: sociología política y derecho constitucional.


La sociología como el derecho son ciencias que van amarradas en las existencias de las gentes. En todas las sociedades, desde los clanes, familias, instituciones, etc.
La sociología conceptualmente es de muy compleja definición. Tratar de definirla nos podría llevar a caer en un hueco sin fondo, pero podremos esbozar una aproximación muy escueta de que puente existe entre los sujetos y los grupos. En definitiva, la sociología estudia los grupos humanos sus comportamientos, fenómenos, procesos, turbulencias y quiebres que existen dentro de este. El derecho constitucional, aunque de un corte mucho más joven – no menos importante- que el de la sociología, destaca como un escenario de análisis bastante necesario, dado la condición de nuestro proceso histórico. Si bien la institucionalidad de la constitucionalidad en América latina y especialmente en el Perú ha sido muy frágil, entre otros factores por el caudillismo y los militarismos. Es de tarea, el estudio hermenéutico de las instituciones constitucionales y de la constitución como pieza fundamental de los sistemas y formas jurídicas- políticas de ensamblar una sociedad.
Es decir, la sociología como el derecho constitucional no son cuestiones que se repelen, son más bien, dos escenarios de convergencias. Dado que a través de la sociología escarbaremos en ese entramado que llamamos “acción social”, a través del cual los grupos humanos adquieren dinámicas y procesos particulares. De la mano debe ir el estudio de estas instituciones jurídico – políticas que directamente afectan y se complementan con los procesos sociales. ¿Que une a estas dos ciencias? El afán de buscar un mejor lugar para existir, una mejor comunidad.
La línea de investigación deberá señalar una especialización en cada rama (sociología y derecho constitucional) en sociología, la sociología política y dentro de esta los fenómenos políticos locales, regionales, nacionales y globales. Ineludiblemente los movimientos sociales y los conflictos socio-ambientales, son hoy tema de agenda. En temas de derecho constitucional mencionamos : las atribuciones que tiene el ejecutivo para poder legislar, el control de la constitucionalidad en el sistema jurídico peruano, el sistema electoral, el sistema presidencial, partidos políticos, participación política, garantías constitucionales y derechos humanos. Dentro de este escenario podemos tender un puente entre sociología y derecho constitucional con el tema del pluralismo jurídico, comunidades indígenas, justicia indígena, jurisdicción indígena, derecho natural y movimientos sociales, etc.
Por donde transita nuestro Marco teórico entre los Clásicos peruanos (Mariátegui, Haya, Arguedas, flores Galindo, Salazar Bondy, etc.), como el viejo y joven debate de la pos colonialidad – subalternidad y la posmodernidad. Así como una visión heterodoxa y compleja del “sujeto social” (Foucault – Nietzsche – Marx – Heidegger- Mafesolli). En torno al derecho constitucional, por su propia caracterización de índole eurocentrica y liberal, no podemos obviar a autores del la filosofía del derecho clásico ( Hobbes, Rousseau, Locke, Maquiavelo, Tocqueville, Montesquieu) como a los autores de la constitucionalidad europea ( Francia, Italia y España) de donde nuestras instituciones jurídicas están muy ligadas. En esos términos se buscara una posición “iusnaturalista – andina” donde se pueda amalgamar nuestra realidad jurídica latinoamericana de una realidad jurídica eurocentrica, Antonio Gramsci diría que buscamos una posición “contra hegemónica” subversiva, nosotros creemos que es una alternativa que tenemos que caminar e investigar para ver si resulta, y eso mucho dependerá de nuestra capacidad de imaginación y de llevar una vida peligrosamente.

lunes, 7 de febrero de 2011

Transitar en la Sociología


La sociología debe ser un deseo, un acontecimiento y una imaginación. Reencontrar el sentimiento utópico, no es una abstracción hermenéutica de los textos ni de las estructuras. El sentimiento debe ir de la mano de la acción social y de la comunicación. Aquí debe presentarse el primer problema del lenguaje y sus estructuras con la interacción de los sujetos.
El sujeto que anda, es el sujeto del nihilismo del despojo. Es allí donde debe hablar el sentimiento y la imaginación utópica. No debe ser una abstracción de las ideas. Debe ser una actividad diaria, una actividad de trote, de caminar. No es pues, una cuestión de ver desde el balcón.
¿Cómo empezar a formar un acontecimiento desde la imaginación y el deseo? No podemos camuflar la realidad heterogénea, múltiple o compleja con la cual nos enfrentamos, debemos ser un arcoíris de salidas y oportunidades. El diagnóstico debe ser posible desde lo que llamamos la “Genealogía”, pues no hay nada que sea “verdadero” u “objetivamente” cierto en este mundo. Lo “verdadero” u “objetivo” tiene un proceso de construcción de naturalización y de existencia. Es entonces que el deseo es el primer paso en la construcción de nuestros impulsos y pulsiones. El motor de la historia en los sujetos debe ser ese deseo por lo oscuro, por lo que se conoce y no se quiere aceptar como dado. El deseo en definitiva, es el impulso de ver lo blanco como negro y viceversa, es no creer en lo ya creado, y pensar en lo que ya se dejo de pensar.
El segundo nivel es la imaginación, una vez señalado el diagnostico y el campo de estudio genealógico, debemos abrir el abanico de posibilidades y buscar ese horizonte utópico, que no es más que una contradicción y armonía constante. La construcción y la reconstrucción de escenario y actores será parte de un proceso global. La intensidad de nuestra imaginación abrirá el camino ante un entramado bastante frágil y volátil, donde el riesgo es una síntesis de este escenario. Con la imaginación el sujeto debe escoger y señalizar su fututo, no debe de ser un proyecto homogeneizador, es mas bien un proyecto múltiple que articule las aristas de los grupos sociales. La tarea quedara en cohesionarlas respetando sus diferencias y demostrando que la armonía debe de ser esa otra cara de la heterogeneidad y que finalmente las cosas pueden funcionar. Esta tarea, será larga y con muchas tensiones.
El acontecimiento devendrá de este surtido de actividades. Será un quiebre, el acontecimiento para muchos será sinónimo de revolución o reforma un largo debate en nuestros intelectuales, pero que muchas veces fue alejado de los sujetos que deberían ser los actores principales. Entonces, nosotros postulamos un acontecimiento como cambio profundo de los sujetos y de las instituciones estos no vistos como dos entes desligados, sino como una unidad, una particularidad que debe de ser reconstruido desde sus cuerpos y lenguajes. Engullirlos en un solo deseo, ¿querrán hacerlo? ¿Tendrán el impulso y las formas de participar? Eso dependerá de las posibilidades y de de los camino que a través de la imaginación hemos construido.
En síntesis, no hay nada dicho, no hay formulas exactas, no existe el catecismo del cambio. El nihilismo debe de ser combatido a todo sus niveles, pero sin extinguirlo. Porque es el nihilismo del hombre el cual lo llevara a su superación, a querer construir otro mundo. A través del deseo, la imaginación, en la búsqueda de un acontecimiento.

sábado, 5 de febrero de 2011

los 900 i el 20


La primera gran generación de pensadores que tuvo este país en el siglo XX los tenemos entre los llamados intelectuales “Arielistas” . Destacando entre ellos a los hermanos García Calderón, Víctor Andrés Belaunde, José de la Riva- Agüero, etc. Estos notables pensadores peruanos fueron los que intentaron armar un corpus teórico de la nación . Un acercamiento de la problemática global y de un proyecto nacional a partir de la reconstrucción del país luego de la derrota ante la guerra con chile.
La propuesta de los “Arielistas”, era una visión integral de un país tan diverso y fragmentado. Su aproximación del país con títulos como, el “Perú contemporáneo” de Francisco García calderón, “la Historia en el Perú” de José de la Riva Agüero, “Realidad Nacional” de Víctor Andrés Belaunde, son la propuesta de una generación aplacada por la frustración de una guerra y las soluciones de encontrarnos como país. Su aproximación teórica y conceptual fue fundamental para desarrollar los pilares de una “historia del Perú”. Muchos influenciados por el positivismo y luego por el espiritualismo llegan a ordenar el mundo social. Claro, las propuestas que de ellas emanaron, no contravenían ni el status quo, ni mucho menos, la reivindicación de algunos sectores como los indios entre otros .
Sin embargo nosotros creemos conveniente los importantes aportes de esta generación de pensadores que demostraron los problemas de nuestra nación en construcción. Desde una óptica oligárquica, sin embargo su apuesta fue bastante interesante desde la perspectiva de un estado más integrado así como una mayor consolidación de lo nacional. Pero estas propuestas tienen su contrapartida al no insistir en el problema de las luchas imperialistas y la descripción histórica de los procesos que se desarrollaban en el país tanto político como económico. Problemática que si abordo la generación del 20 y que en últimos términos planteo una posible solución.
Es a partir de la generación del 20 que los modelos teóricos sufren un cambio profundo en la construcción de los paradigmas para el problema de la nación. Nace entonces no solo la forma de poder interpretar al Perú desde otro esquema, sino también, la vinculación de aparecer por primera vez en la historia como un “pueblo con espíritu”. Es decir, es la primera propuesta de “modernidad homogénea” que se plantea en nuestro país.
Las variables que motivan muchas de las propuestas teóricas de aquella época se mueven entre lo nacional y lo foráneo. Lo nacional entendido como los problemas de nuestro país. Vinculadas con el problema del indio, el gamonalismo, la oligarquía nacional, la educación, etc. En un marco internacional señalamos el problema del imperialismo, la construcción de un estado-continental, la III internacional . Y sobre todo el problema de nuestras razas.
Como vemos el antecedente más importante que tuvo la generación del 20 fue la generación del 900 o los llamados Arielistas. Así mismo podemos destacar la importante influencia que suscito la presencia de Manuel Gonzales Prada . El conocido maestro de la juventud jugó un papel muy importante, tanto en la vida del joven Haya como del mismo José Carlos. No olvidemos que Mariátegui le dedica un apartado a su obra en los 7 ensayos de la interpretación, así como Haya retoma las ideas del viejo maestro en el tema del indio (al igual que Mariátegui).
La generación de 1920 fue considerada por muchos como los 10 años más profundos en la creación intelectual de este país de allí que dos mentes tan brillantes como la de: José Carlos Mariátegui y Víctor Raúl haya de la Torre nacieron intelectualmente en esa época. Uno era el presidente de la federación de estudiantes que fue exiliado a México y fundó el APRA (Alianza Popular de la Revolución Americana) el otro, tuvo su mayor aprendizaje en Europa y coloco su “sangre en sus ideas”, creando una de las visiones mas lucidas del marxismo en Latinoamérica.
Víctor Raúl y José Carlos entendieron claramente que el problema estaba en Latinoamérica y la introducción del imperialismo, por lo tanto la solución tenía que nacer del mismo lugar (Latinoamérica). Uno lo denominaba la “lucha intercontinental de los pueblos indoamericanos” el otro buscaba claramente un “socialismo indoamericano”. Finalmente, los métodos y los caminos trazados no fueron los mismos.
Problemas como el marxismo, indigenismos, la lucha contra el imperialismo, el gamonalismo así como la lucha por las tierras y de la clase obrera fueron preocupaciones muy claras, pero también el psicoanálisis, la filosofía niztcheana, el sujeto como formato antropológico estético y ético. Fueron en José Carlos Mariátegui tareas que lo trasladaron inexorablemente a la preocupación de consolidar un socialismo en el Perú .
Dado que este gran pensador creo y modifico sus métodos así como sus análisis y apertura una visión panorámica de los principales problemas no solamente peruanos sino latinoamericanos y crearon una suerte de “pensamiento constituyente”. Partiremos de su postura para analizar el estado democrático de derecho que hoy tenemos. Solo nos limitaremos al análisis socio-político del estado, así como su relación con la sociedad. Dado que aquí podemos analizar el poder, la población, partidos políticos y grupos de poder y presión.
Sin embargo centraremos nuestra atención en el papel del “sujeto” dentro de una sociedad. Básicamente en el sujeto llamado a ser “legitimado” por la historia. Encontrando así en Mariátegui una visión bastante profunda de nuestras diferencias como proyecto nacional. Así mismo desde esta apertura centraremos la idea del sujeto planteado por Mariátegui en los términos de la política de estado, teniendo en cuenta que el poder político es una de los fundamentos que institucionaliza el “ius imperiun” dentro de un territorio. Por tanto nuestro campo de estudio centrara la cuestión del sujeto (visto desde Mariátegui) y del estado así como los conflictos que hoy se sucinta entorno a estas dos variables.