domingo, 20 de marzo de 2011

Vallejo i Yo

De Vallejo tengo amargos recuerdos, siempre me hacen pensar los momentos estúpidos de mi vida. Por ejemplo, cuando murió mí bis abuela que había vivido ciento seis años y cuyo matrimonio a los diecisiete años fue de negro pues era como se dice ahora, un poco puta. En ese entierro, Vallejo se me apareció y por fin pude aprender porque existe el dolor humano y a veces de donde viene o, ah donde va.
Mi primera enamorada me dejo, según ella porque era muy fanático de la idiotez combinado con la tardanza y acompañado de la tristeza. En definitiva, un papanatas. Esa tarde me hizo sentir una mierda, en ese preciso momento, Vallejo me hizo recordar el amor idealizado y el amor utópico, mal que bien, el amor termina siendo una mierda casi siempre.
Las mañanas son claras lo lunes, un día perfecto para florecer y crecer las gaviotas siempre vuelan a lo lejos y el sol no oculta su rayos en las olas. Un lunes fue precisamente cuando la bese y ame esas manos de aire. Pero ese mismo lunes fue, cuando me entere que tenia 3 enamorados más y que estaba candidateando para mis “bitch – 2005” me decepcione y algunos minutos odie a alguien por vez primera. Vallejo fue el hombro de lágrimas y pésames ese lunes sangriento.
Un estruendo mudo cayó en mi cabeza, el mega coscorrón del abuelo – entiéndelo, hijo mío- me decía el viejo en las lecciones sobre la biblia, siempre me pregunte en aquellas lecciones, ¿porque fue el primer milagro de Cristo hacer vino? era acaso un gran borracho o como dicen hoy, un camarón que tuvo que pedir un “milagro” a su padre DIOS. Era acaso Jesús blanco o – como dijo Malcon X y otros- negro, tal vez fue chino, Jesús con los ojos rasgados. Si dios era perfecto porque creo al diablo, ¿se equivoco?
Mis estúpidos pensamientos seguían el camino de los mega coscorrones. – Hijo debes entenderlo- el viejo me seguía hablando, en esas clases aburridas me acordaba de Vallejo y su primigenio fanatismo al catolicismo y su odio y amor a dios. En mi caso, fue más amor, porque intentaba amarlo pero nunca pude, hoy, ya perdí las esperanzas después de tanto intentar.
La primera vez que entre a una fiesta con luces y yo creyéndome el dueño de la fiesta, prendiendo el primer cigarrillo y tomando los primeros tragos de mi vida, que en realidad eran una basura de licores. Aprecie a Vallejo por la bulla, el lenguaje, la estética, la ética, los cuerpos, los roces, las pasiones y los olores. Hacía ese aposento un escenario “vallejiano”, al fondo la bulla. Y los “tombos” pidiendo documentos y metiendo palo a todo el que aparece. Hicieron mierda el espectro vallejiano, las luces, el sonido se apago y los bolsillos volaron, pues no había ni documentos ni plata.
Ayer recordaba mi relación con Vallejo y por donde me acompaño: bares, chinganas, restaurantes, prostíbulos, hoteles, salones de clases, salas de estar, comedores populares, etc. Nunca le tuve bronca, es más, lo llevo en el hígado – es el órgano con el que se entiende mejor- en la solapa y en el zapato. Mi relación con Vallejo es tensa y amarga, pero también alegre y dulce. En verdad, es un sin sabor a veces dulce y otras amarga, como la vida misma. A veces me hace recordar la estupidez que es recordar mis estupideces, como lo hago ahora.
Vallejo inicio una existencia hace 119 en una localidad llamada Santiago de chuco allí empezó a andar. Yo odio andar, prefiero latear… es la forma de estar más cerca a Vallejo.

miércoles, 2 de marzo de 2011

SIN HISTORIA

Esta no es una historia con un final feliz, es mas, ni siquiera tiene final, porque nunca inicio. Es una historia de deseos, de conocimiento, de miradas y sonrisas. Es una historia que nunca encontraremos en algún periódico chicha o alguna revista porno tirada albergada en las calles de lima. Esta es una historia que no tiene forma de historia.
Hay tareas en el hombre, como la de caminar y escribir. Soñar que otro mundo es posible, es una historia muy larga que recién empieza, una historia que sería muy tediosa contarla. Sin embargo, ay historias más cortas como las sonrisas.
Historias que nos permiten recordar y seguir existiendo, historias que te niegan la historia. Otras que tergiversamos y seguimos creyendo en ella. Hay notas musicales más perfectas cuando no se escriben en los pentagramas, no tienen derechos de autor ni son inscritas en el INDECOPI, son historias que son nuestras y están calladas en el tiempo.
La historia que deseo contar es muy breve, no hay adioses ni saludos de bienvenida, solo silencios en la bulla, testigos de esto fueron las tardes y las noches, el paradero en la avenida que no existió y los lamentos por el Messenger. Es una historia llena de miradas opacas donde los ojos redondos saltan a la luz de la sombra, y en la noche matutina se alegran como dos deliciosos caramelos.
Esta es una historia de amor efímero, una historia en que nadie quiere estar en ella, los pájaros la cuentan en cuchicheos matutinos y en las tardes los búhos recuerdan sus aleteadas hacia el clamor de la luna, esa misma luna que una vez vimos en aquel recodo pálido. Contar sobre las manos tuyas, el pesar y sanguinaria de tu cabellera, esas perlada siempre sonriente. Ya no hay cura ni salvación para los que contamos historias.
A empujones bajan a los filósofos etílicos de los automóviles por considerarlos lesivos al mundo. Y la misma historia se repite, los ojos y las sonrisas se siguen esfumando en el aire de los recuerdos, peros siempre es bueno volver a ellos, el recuerdo es una estupidez que tapa nuestro porvenir. Y las historias siempre empiezan por un recuerdo, el mío es bello y crudo que prefiero no recordar. Los hechos pasados son estampas en las neuronas de los sujetos que los evitan o afrontan, algunos lo suelen modificar, otros, cuentan y siguen viviendo de estos.
Una historia perfecta es en la cual no contamos tú ni yo, donde solo cuentan las piedras y las manos. Los de a pie y los que gritan cuando todo es silencio, importa solo el alma más que el cuerpo. Los dispositivos para contar historias son los deseos, pulsiones y sueños. Eso es todo, los sueños. Alguien en el mundo empieza a imaginar, ese es un hombre peligroso que todo el mundo quiere eliminar.
Esta historia que empecé a contar, no lo podre culminar, pues, el deseo de morir es tan grande como el deseo a seguir viviendo al lado tuyo y al de las masas. Una masa es irracional, eh allí el fundamento de su maniqueísmo, pero su irracionalismo conlleva a un mundo de incertidumbre y confrontaciones, una confrontación con sus propios impulsos, con los míos y los tuyos.
Esta historia, en definitiva se seguirá escribiendo desde mi balcón y en los bares, enraizada en el asfalto de lima y sus calles, en el crepúsculo de tus ojos redondos y en el malestar de mi frustración.