martes, 13 de enero de 2009

Chakalón, un polo y los imaginarios en Gamarra.


Hace unos días a tras me dirigí al emporio comercial de textileros, llamado comúnmente como “Gamarra”, diferentes trabajos se han realizado en los últimos 20 años sobre el nacimiento y el apogeo de este mega centro comercial. Expresión emblemática del “mito del progreso” y del “cholo power”. Al llegar a gamarra encontré la construcción de un nuevo edificio para hacer un centro comercial moderno, las tiendas del parque Canepa estaban reformuladas, con el con otro toma modernista y en la parte superior unos bancos y cajeros. En pocas palabras gamarra se moderniza a pasos agigantados, aunque la mayoría de sus comprantes aun siguen siendo las personas de los barrios populares en gamarra el concepto de moda y estética sigue un proceso muy interesante de reformulación, estamos ante un fenómeno que lleva a las colectividades a reconstruir el sentido de lo bello y hermoso. Pero este no es tema central de estas líneas.
Al llegar a gamarra. Fui decididamente en estamparme un polo con el logo de Lorenzo Palacios Quispe conocidos por todos como “Chakalón “. El logo básicamente estaba conformado por el rostro y una inscripción que decía: “cuando Chakalón canta los cerros bajan “.
Al llegar al lugar que realizan los estampados una señorita de entre 24 y 28 años me atendió me dijo que clase de estampado me gustaba y si es que yo había traído algún logo en especial, luego me dijo los precios de acuerdo al tamaño del estampado y posteriormente le dijo a una chica que me llevara donde las señoras que realizan los dibujos técnicos para poder ver mi logo y imprimirlo en un papel especial para poder estamparlo. Seguí a la chica de unos 22 años esta en el camino me pregunto de que se trataba la imagen, y yo le respondí, de “Chakalón “, ella voltio la mirada y se sonrió. Inmediatamente le pregunte del porque de la sonrisa ella me atino a decir “no, no se “, luego le increpe, a ti te gusta la música de chakalón. “No, no me gusta. Yo escucho de todo pero Chakalón no me gusta”. La siguiente interrogante fue ¿Por qué no te gusta? La respuesta fue un tanto abrumadora. “en mi barrio todos lo escuchan (…) no se, creo que por eso no me gusta “. Luego siguieron risas.
El pequeño dialogo y sus risas un tanto fingidas me hicieron recordar aquel estigma que se le había dado a la moda “chakalonera “en los años 80, donde su música aun era sinónimo en la gran lima de ese provinciano migrante albergado en sus cerros que con sus magmas de significados reconstruía y solidificaba a una lima “pobre”, “bruta”, “criminal”, “impura”, “atrasada”, etc. esa honda de la barriadas. Aunque mi interlocutora se hacia llamar de barrio (ella vivía en puente piedra) ya el espacio físico donde la mayoría de jóvenes escuchaban a Chakalón y que para ella esa reconfiguración de este personaje seguía siendo en su imaginario el mismo significado que le otorgaban las clases medias y las clases altas en los años 80 a la honda chakalonera. Lo interesante aquí es que los repudios y la abstención de escuchar a Chakalón ya no son de un sector hacia otro, de una clase hacia otra, son de los propios sectores populares que reformulan sus significaciones y que recrean a este tipo de estereotipos fuera de su socialización estigmatizándolos y declarándose ellas participes de otro tipo de mundo, ilusión o utopía.
En torno a las rizas me parece que es una cuestión de interrogante que me lanzaba. Algo así como diciéndome “¿tu que haces escuchando esta música?”. No se que imagen proyecte en un inicio para que esta chica con su sonrisa intrínsicamente en el dialogo me pueda haber formulado tal interrogante. Una sonrisa que estaba cargada de sarcasmo y de ironía hacia mis gustos musicales. Creo que ella nunca se imagino que un muchacho como yo le pueda gustar ese tipo de música ¿acaso no tenia cara de escuchar a Chakalón? ¿ o acaso no me había vestido como un chakalonero? La cuestión es que en el pequeño dialogo, esta chica trabajadora en un emporio comercial que se esta reformulando con bien planteo mi hipótesis líneas arriba, reconstruye y reformula su sentido de pertenecía a su barrio y lo mas interesante retransmite estigmas que por muchos años estuvieron ligados a los sectores populares y ella se siente alejada tanto de su “barrio” que tiene todo el derecho del mundo de poder estigmatizar a los de su propio entorno. Mi hipótesis es ante esto es que la mayoría de jóvenes hijos de migrantes están reformulando su imaginario social despercudiéndose de ese “pecado original” que traían sus padres. Son ellos ahora los que tienen la potestad de crearse nuevas utopías, de ver al mundo ya no desde abajo “ahora toman otros aires”. La pregunta en ese sentido seria ¿que ha sucedido con estos hijos del desborde popular, para que sus imaginarios se reformulen? ¿Cuales son las nuevas formas que van adquiriendo estos imaginarios populares? Esto es materia de otros trabajos más extensos, hasta aquí unos alcances.


H4NOMIQO

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