
Regresar al análisis de textos y su relectura a nuestra época comprende que tan vigente y que tanto sus hipótesis han tenido certeza, es así que en estas líneas quiero expresarme de un texto que leí últimamente. Es para muchos un libro orgánico que eleva ese conocimiento de la utopía andina, me refiero a “buscando un inca”, libro de Alberto flores Galindo, historiador y profesor de la PUCP. En la tercera edición de este libro allá por 1988 salio un capitulo extra, este capitulo era el de “republica sin ciudadanos”, como el mismo autor lo resalta a la entrada del texto es lo opuesto a la utopía andina: “las páginas que siguen tratan de la vertiente opuesta a la utopía andina: el racismo, esa peculiar forma de mirar a los “otros”, que además de constituir un discurso sobre la sociedad, integra el entramado de la vida cotidiana”1 La apertura del texto es una idea central y simplemente contrastada hasta la actualidad, es el de que nadie se definiera racista en el Perú. En esta idea esta el camuflaje central de nuestra sociedad peruana, ya varios autores han tocado este tema de camuflaje, sociólogos y sicoanalistas. Pero, a partir esta idea es acuchillar esa herida falsamente, camuflada por una palabra que se dice y esta introducido en el imaginario social: “el mestizaje”. Responde a la solución de que en el Perú al ser una mezcla de “todas las razas” o “todas las sangres” el racismo queda desligado y simplemente desarraigado de una sociedad como la nuestra. El mestizaje cuestiona las razones de un racismo, por las cuestiones de una posible concurrencia de todos contra todos. La clásica frase el que no tiene de “inga tiene de mandinga” involucra a una sola agrupación cohesionado, mezclada, que todos somos mezclados. Esta postura muestra la punta de un iceberg, cuyo problema se lo quiere tocar con pinzas.
Las propuestas en este ensayo son bien claras, el análisis es un recuento histórico del proceso de estratificación social y segmentación de las razas, que conlleva a una dominación social y todas sus significaciones simbólicas que esta trae. Así en la “sociedad colonial un hombre podía ocupar determinado lugar por su casta y otro, muy distinto, por sus ingresos”2 el autor reflexiona que en la colonia se crearon ciertas castas de indios aristócratas. Uno de ellos es representado como Tupac Amaru. Es así que en la colonia un blanco se podía casar con una mujer indígena de la aristocracia. Pero el colapso de las relaciones con los indígenas y desde ya el total resquebrajamiento ,el rechazo y la pauperización de los indígenas se vio tras el levantamiento de tupac amaru, así se rompería el historicismo y recrearía una nueva visión en el imaginario social y la reconstrucción económica y social del indio.
“la derrota de Tupac Amaru significaría (…) el ocaso de la aristocracia indígena (…) atribuyendo el estallido no sólo a factores económicos(los repartos) sino también a factores culturales (…) prohíben: el teatro, la pintura indígena, la lectura de los comentarios reales, el uso del quechua, la vestimenta tradicional(…)la cultura indígena deja los espacios públicos y se torna clandestina. Es entonces que los distingos raciales cobra una importancia que no había tenido antes”.
Si para muchos la colonización a través de la evangelización y el bautismo había creado en el imaginario social un resquebrajamiento y la apertura de una sub. Cultura inferior y que cargaba un “pecado original de culpa”3 por el hecho de adorar huacas y cerros. El factor de romper con sus rasgos culturales y romper todo vínculo con las castas aristocráticas de los indios enraizó el total estigma a lo indígena. Es decir fueron un producto acabado del historicismo. Donde no tuvieron en el primer caso el de la evangelización una “pizca” de culpa, más en las rebeliones se jugaron papeles muy individualistas que al final llevaron a la total condena del indio.
Otro punto fundamental para entender ciertas perpestivas de los odios sociales es el tema de los indios y los negros. En la colonia si bien la ciudad de lima y de la costa estaba bien estratificada de acuerdo a la raza. Así los negros con los indios como un problema “espontaneo” donde los indios y los negros estaban segmentados en la ciudades y de allí empiezan las discrepancias y los roces en total aborrecimiento de los unos a los otros, este factor rompe y apertura una nueva cosmovisión dentro del proceso es la interiorización de este “aborrecimiento” dentro de los mismos sectores populares. Aquí Galindo realiza un aporte transcendental para las ciencias sociales, el factor que de lo cotidiano antes que lo ideológico en el racismo: “antes que un discurso ideológico, el racismo fue un componente de la vida cotidiana colonial”.
Luego de la independencia y las ideas de emancipación se lucho por lo anti España y rompimiento de su orden colonial, pero más la ratificación de lo cotidiano y lo cultural siguieron sus pasos y el arrastre de determinados símbolos y significados cotidianos, como la vida domestica y el papel del indio en el desarrollo de esa lima coloquial y de antaño, así Galindo ratifica: “el ámbito de las relaciones domesticas paso inadvertido. Por allí terminara prolongándose el orden colonial. La republica heredará los conflictos y las marginaciones raciales”4 esta claro entonces el factor del orden cotidiano y domestico de la prolongación de una dominación de orden social económico racial y cultural. Hasta aquí algunas reflexiones del profundo ensayo de Alberto flores Galindo , luego volveré sobre esto.
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